Dicen que valoran la vida, sería importante destacar que todas las personas amamos la vida, la queremos, pero la mayoría, preferimos que sea una vida con dignidad y libre de violencia. No una vida de pobreza y subordinación.
Quieren alegría. ¿Quién no? La alegría se logra cuando uno puede tener iguales oportunidades, autonomía, respeto por sus creencias y sus necesidades básicas cubiertas. Difícilmente podemos tener alegría cuando somos objeto de represión y fanatismo y cuando nuestros derechos no son plenamente garantizados por el Estado y la sociedad.
Quieren tener un modelo tradicional de familia. Otras personas buscamos tener un grupo familiar, en la que todos sus miembros sean respetados y protegidos, sin necesidad de que hayan roles asignados por la tradición, sino por el afecto y de una manera equitativa e igualitaria.
Quieren una sociedad con principios éticos, y realizan una campaña anónima llena de mentiras que quiere ocultar la realidad. Las feministas no inventamos la sexualidad o el aborto.
Quieren ver jóvenes felices y responsables. Todas las personas queremos no sólo ver, sino asegurar una vida feliz y llena de logros para todos los jóvenes. Entonces empecemos erradicando el anonimato, la violencia, la mentira. Los/as autores/as de esta campaña no han escuchado las principales demandas de los jóvenes: vida libre de violencia, información para tomar decisiones adecuadas sobre su vida personal y sexual, alto a la discriminación.
Exigimos la plena vigencia del Estado laico. Miramos con preocupación los intentos de estos grupos por retroceder los avances logrados por el laicismo y los movimientos de mujeres. En virtud de las libertades fundamentales de pensamiento, conciencia, religión y asociación, cada iglesia puede predicar a sus fieles sobre una moral particular, pero la ética que rige al Estado ecuatoriano, estado social de derecho y laico de acuerdo a su Constitución, está basada en los derechos humanos y no puede estar sujeta a concepción religiosa alguna, mucho menos a los mandatos de una iglesia en particular. Sería desconocer los derechos de los otros grupos que no participan de esas creencias, que tienen creencias distintas o que interpretan sus creencias en forma diferente.
Toda nuestra solidaridad con María Paula Romo y las demás candidatas y candidatos que respaldan las propuestas que garantizan los derechos de todas las personas sin discriminaciones.
Asamblea de Mujeres de Quito
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